El Consejo Internacional de Estándares Contables (IASB), con sede en Londres, es un organismo independiente que fija las normas de contabilidad para las empresas de un centenar de países. En el año 2011 propuso una norma contable internacional que exigía a las empresas que incluyeran en sus balances el coste futuro de los contratos de alquiler de sus activos operativos. Santander, BBVA, Inditex, Telefónica, Iberia, Repsol, NH Hoteles e incluso El Corte Inglés se unieron para detener este plan del IASB de forzar un aumento de sus deudas al incluir el coste de los contratos de alquiler en los balances. En sus alegaciones, llegaron a contar con el apoyo del Ministerio de Economía e incluso, parcialmente, de la Comisión Europea.
Cinco años más tarde, tras multitud de informes, negociaciones y una fuerte oposición por parte de empresas e incluso algunos Gobiernos, el regulador contable internacional ha decidido promulgar la norma contable anterior, lo que exigirá que las empresas incluyan en sus balances a partir de 2019 el coste futuro de los contratos de alquiler de sus activos operativos.
Hasta ahora, las compañías sólo pasan por la cuenta de resultados su gasto en arrendamientos del ejercicio, y al final de su memoria incluyen una nota con una estimación de sus pagos futuros.
El nuevo estándar dará mucha más transparencia a los activos y pasivos por alquileres de las empresas, y mejorará la posibilidad de comparar las compañías que alquilan frente a aquellas que toman dinero prestado para comprar los activos.
En el caso de España, un análisis de la información que las firmas del índice bursátil Ibex 35 incluyen en sus memorias permite estimar en unos 40.000 millones de euros el valor de los compromisos futuros por alquileres que pasarán a sus balances. Esta novedad supondrá un incremento de casi el 10% en la deuda de las sociedades del Ibex 35.
Durante estos años de consulta ha habido tal presión que se han producido diversas modificaciones en los detalles del nuevo criterio contable. La nueva propuesta reformada prevé que los alquileres de menos de doce meses continuen contabilizándose como hasta ahora, sin pasar por el balance. La norma tampoco afectará a los arrendamientos de pequeños activos, como ordenadores o equipamiento de oficina, y no habrá que reflejar el valor de las opciones de prórroga de los contratos.
Las normas contables de IASB afectan a empresas europeas y de otros continentes, pero no a las estadounidenses, aunque su regulador prepara una norma similar.
Bárbara Pitarque Villaescusa
Economista